Una de las pocas cosas estimulantes que en estos últimos años de "crisis económica" he observado en mi trabajo ha sido el lanzamiento ¡por fin! de un programa bilingüe de francés en mi instituto. Llevábamos años deseando este momento, personalmente diré que desde que tuve conocimiento de la firma del convenio hispano-francés que daba carta de naturaleza al programa "Bachibac", allá por 2010. Y no sólo por lo que supone en la implementación de este idioma en nuestra enseñanza obligatoria y en la formación que daremos a los futuros universitarios y profesionales de dentro de algunos años; sino también porque el reto ha consistido en implantar un programa bilingüe de un idioma distinto del inglés (considerado hoy en día como prioritario) y en un contexto de crisis en el que básicamente hemos tenido que hacerlo con nuestros propios medios y en la inversión de la administración ha sido, no diré ya que escasa, sino que como dicen mis compañeros de matemáticas "tiende a cero".
Para comenzar, diremos que la primera decisión que se debió tomar fue la permanencia de los alumnos con el inglés de 1ª lengua, dado que cuaquier otra decisión (mantenerla como "optativa obligatoria" de 2ª lengua, permitirla como optativa, etc...) probablemente hubiese supuesto un rechazo de las familias al programa y el fracaso del mismo. Además, partimos de una realidad contra la que no se puede luchar en la que el conocimiento del inglés para las décadas próximas va a ser tan relevante que no podemos ni debemos actuar de otro modo, ya que la intención de nuestro programa es incrementar la calidad y el éxito, objetivos que conseguimos con el aprendizaje intensivo de una lengua extranjera diferente de la inglesa pero sin minusvalorar a ésta. Ésto ha llevado a que el francés también se considere 1ª lengua (aunque resulte anecdótico, dos primeras lenguas) incrementándole, eso sí, de 2 a 4 horas semanales de dedicación; con el consiguiente incremento de la jornada semanal de los alumnos en 2 horas.
En cuanto a las materias no lingüísticas incorporadas al proyecto bilingüe, se ha optado por la Educación Física y la Educación Plástica; materias no instrumentales que garantizan la utilización vehicular de la lengua sin poner en riesgo la competencia propia de cada materia. Esta diferencia respecto a otros programas bilingües en los que las materias no lingüísticas suelen ser las Ciencias Naturales y la Geografía e Historia, se justifica tanto por la ya comentada preponderancia del inglés, lengua en la que nuestros alumnos siguen manteniendo un nivel de competencia elevado propio de la secundaria, como por el hecho de que el conocimiento previo del francés no permite cómodamente impartir en este primer curso materias de la entidad de las comentadas. Además, hay que comentar que la prácticamente inexistencia de materiales específicos para impartir docencia en francés en materias no instrumentales obliga a hacer de la necesidad virtud, y optar por la elaboración de materiales propios o la utilización de materiales diseñados para los sistemas educativos francófonos; decidiéndonos por un adecuado "mix" de ambas posibilidades.
Otro elemento a comentar es la naturalidad con la que los alumnos se han tomado la participación en este proyecto bilingüe y el enorme grado de aceptación de las familias, que ven en esta actividad un elemento de calidad destacable en la educación de sus hijos. Y es que en un mundo educativo donde la estandarización e centra en el "bilingüísmo de inglés", que no necesariamente implica el conocimiento de una segunda lengua extranjera, poner el acento en el francés manteniendo un alto conocimiento en inglés facilita opciones futuras de empleabilidad para un futuro profesional que demanda cada vez mayor polivalencia.
La experiencia ha comenzado, el tiempo dirá si entre todos cumplimos las enormes expectativas que este programa ha generado.
La experiencia ha comenzado, el tiempo dirá si entre todos cumplimos las enormes expectativas que este programa ha generado.
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