miércoles, 25 de febrero de 2015

Bilingüismo y aprendizaje

Uno de los mitos que tradicionalmente se asocian como un "pero" al bilingüísmo es que las personas que hablan dos idiomas, van a tener mayores dificultades para expresarse en cada uno de ellos que aquellos que sólo conocen su lengua materna. También se suele atribuir a las personas bilingües, sobre todo cuando este bilingüismo no es natural sino académico, un nivel inferior en el aprendizaje en otras materias, especialmente en aquellas Disciplinas No Lingüísticas que han estudiado en la que no es su lengua materna. Merece la pena dedicar una entrada a debatir sobre estas opiniones.

Respecto a la primera cuestión, hay que analizar cuáles son los métodos que sirven para mejorar la expresión en una lengua, ya sea materna o extranjera; y lo verdaderamente relevante será si el alumno bilingüe emplea estos métodos con la misma (o incluso superior) intensidad que el monolíngüe.

Por centrarnos en una de las actividades que con más intensidad mejoran la expresión: la lectura. ¿Lee más un alumno monolíngüe que uno bilíngüe? A priori, no tenemos por qué pensar que ésto sea así; ni tampoco por qué pensar que sea lo contrario... Pero lo cierto es que tal vez podríamos concluir que leyendo lo mismo, el bilingüe lo "reparta" entre las dos lenguas. Incluso aunque esto sea así, también hay que señalar que parte de la experiencia de lectura va a mejorar la expresión en las dos lenguas; pero más aún: aquella persona que conoce más de un idioma, va a establecer comparaciones y relaciones entre las distintas lenguas que mejoren el conocimiento de cada una de ellas. Y esto sí que es un factor que mejorará la expresión.

Respecto a la segunda, prefiero citar el siguiente artículo de "el país" que aporta datos a tener en cuenta sobre esta cuestión. Matizar que en el caso concreto de las Disciplinas No Linguísticas (en adelante DNL), la respuesta no puede ser breve, pero como éste no es el lugar para extenderse sobre el tema no queda más que tratar de ser conciso: Habría que diferenciar del momento y de la forma de implantar la DNL. En todo caso es cierto que el nivel de esfuerzo en el alumno siempre va a ser superior a recibir la enseñanza en lengua materna, pero este esfuerzo va a verse rápidamente recompensado con el progreso en la segunda lengua, a costa eso sí de sacrificar un cierto nivel de aprendizaje en la materia, al menos en los primeros momentos en los que el nivel de idiomas puede limitar el aprendizaje. Nunca vamos a progresar en la DNL por encima del nivel de conocimiento de la lengua, situación que sobre todo en el primer momento nos limitará, pero este límite desaparecerá paulatinamente conforme vayamos avanzando en el idioma. A partir de un nivel B1 o equivalente las limitaciones serán pocas (habría que ver en función de qué materias), y a partir de un nivel B2 prácticamente inexistentes. Lo fundamental en este caso es que los aprendizajes epistemológicos de la DNL no sean definitivos, sino preparatorios de otros posteriores: es decir, en cursos posteriores volveremos sobre  la misma materia que ya hemos visto, mejorando y ampliando contenidos. Y con un nivel mayor de idioma, a la vez, podremos desarrollar conocimientos más profundos. Por poner un ejemplo, si en primer curso de la ESO fuimos capaz de identificar "las partes de XXX" en un dibujo y unir con una línea las que están relacionadas, en 3º de la ESO seremos capaz de redactar un texto en el que enumeremos esas partes, y alguna más que en primero no estudiamos. Y podremos decir sus características y extendernos en las relaciones entre ellas. Habremos avanzado en idioma, sí; pero también en la materia que estudiamos. Y todo ello de forma conjunta y sabiendo cambiar el registro para, si es preciso, exponer el tema en español, de modo que el aprendizaje memorístico de textos no nos sirve.

No obstante, no debemos tampoco pensar que el bilingüísmo "no va a ocupar lugar" en el aprendizaje y que
todo van a ser ventajas. Ojalá fuese así, esto facilitaría la difusión de los programas bilingües en todos los niveles de enseñanza. Pero si ya el estudio de nuestra lengua materna conlleva un esfuerzo y un tiempo todo a lo largo de la vida, más aún llevará el estudio de una segunda o tercera lengua, y más aún cuando la adquirimos  través de medios académicos. Claro que nos va a llevar un uso de capacidad, de esfuerzo, y de tiempo; que de algún modo influirá mermando los que podamos dedicar a otras materias, pero esta merma no va a ser meramente aritmética, es decir: que debamos restar linealmente el "resultado" utilizado en aprender otro idioma del "resultado" obtenido en otras materias de conocimiento; sino que la red de sinergias y relaciones que hay en el conocimiento provocará que restemos resultados por alguna parte, pero que los podamos multiplicar por otras...Al final depende de cada persona valorar a qué va a dedicar sus recursos y en que medida encontrará la combinación óptima.

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